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And the Oscar goes to… ¿PARÁSITOS?

¿Acaso la Academia entregó un Oscar políticamente correcto?

Sucedió en la nonagésima segunda entrega de los premios Oscar celebrada en el Teatro Dolby de Los Ángeles California, la noche del 09 de febrero de 2020, que el filme surcoreano PARÁSITOS convirtió sus 6 nominaciones recibidas el 13 de enero de 2020 en 4 premios efectivos, obteniendo la envidiable trilogía de: Mejor Director, Mejor Película Extranjera (internacional) y Mejor Película. En 91 ediciones anteriores de los premios de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas no se había visto, y por eso era improbable, que una cinta extranjera, de habla no inglesa, sin la influencia de Hollywood, ganara los Oscar de dichas categorías, a pesar de las cinco ocasiones anteriores en que hubo esa posibilidad, siendo la más reciente el año pasado por las nominaciones que recibió el filme mexicano ROMA del Director Alfonso Cuarón y anteriormente por los filmes: Z (Francés, 1969), LA VIDA ES BELLA (Italiano, 1998), EL TIGRE Y EL DRAGÓN (Taiwanés, 2000) y AMOR (Francoalemán, 2012). 

En ese evento el Director Bong Joon Ho venció a directores excelentísimos o consagrados como Martín Scorsese, Quentin Tarantino, Sam Mendes y Todd Phillips; en la categoría internacional su obra PARÁSITOS venció a 2 inmejorables filmes europeos: LOS MISERABLES (Francia), una obra inspirada en la novela de Víctor Hugo, y DOLOR Y GLORIA (España) del reconocido Director Pedro Almodovar; luego en la categoría estelar y definitiva, contra los pronósticos se impuso a la cinta taquillera JOKER, a la exitosa THE IRISHMAN, a la multipremiada 1917 y a la controvertida ONCE UPON A TIME IN... HOLLYWOOD, culminando una noche de ensueño y una senda de gloria que inició en mayo-junio de 2019, ganando en los festivales de cine de Cannes (Francia) y de Sidney (Australia).

Personalmente seguí los detalles del evento desde el inició de la pasarela de los invitados llamada “La Alfombra Roja”; ya durante la ceremonia deduje que las 11 nominaciones de JOKER o las 10 nominaciones de ONCE UPON A TIME IN... HOLLYWOOD y THE IRISHMAN respectivamente, solo sirvieron para publicitar los filmes, para aumentar la expectativa de los fans y especular con las preferencias de la audiencia, ya que desde el primer Oscar otorgado nunca existió un claro predominio de alguna de las cintas nominadas a la máxima categoría, dándome la impresión que la Academia “tiró línea” en cada categoría presentada, impidiendo que hubiera un monopolio de premios y tratando que el reparto fuera equitativo de manera que ningún elenco de esas producciones saliera de la ceremonia con las manos vacías; aunque después de todo si hubo una notable injusticia: resulta que el talento de los consagrados actores Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, la vasta experiencia del Director Martín Scorsese, la creatividad del Fotógrafo mexicano Rodrigo Prieto, así como la capacidad del staff de producción y el esfuerzo financiero de la Compañía Netflix, no fueron suficientes para obtener los votos que le merecieran al menos 1 Oscar a THE IRISHMAN (El Irlandés), convirtiéndola en la única gran perdedora de todas las producciones nominadas a Mejor Película.

Al igual que a los comentaristas del canal TNT, a muchos a mi alrededor y en twitter nos sorprendió escuchar la frase: “And the Oscar goes to… Parasite”. Luego me dejé llevar por el momento inédito del evento y me agradó creer que en esta 92 edición los miembros de la Academia rompieron esa idea, ese prejuicio o quizás ese tabú que probablemente impedía entronizar en el propio Hollywood a una cinta extranjera, reconocerle sus grandes méritos y ejercer los votos para finalmente conferirle el mayor reconocimiento cinematográfico. Pero... ya pasado el momento emergieron mis dudas y confirme que no creo en ese triunfo, ni estoy convencido que el filme PARÁSITOS haya sido la propuesta más relevante, trascendental y/o memorable como para que haya un verdadero cambio histórico en el sentido de la apreciación y la votación, por muy democrática que parezca, de esos miembros profesionales que integran las 17 áreas de la industria hollywoodense, pues de origen su propio sistema de elección de ganadores ya trae implícito un truco que impediría el triunfo del filme más votado por los profesionales, la propia Academia acepta que: "en 23 de las 24 categorías, el filme o la persona que recoge más votos gana. La categoría a «mejor película», el premio más prestigioso de los Óscar, es la excepción. Desde 2009, se rige por un complejo sistema de votación «preferencial» que consta de varias rondas(...) El resultado de este sistema es que, a menudo, la película que gana es la que acaba en segunda o tercera posición en el mayor número de boletines de ronda, no a la cabeza." (El Universal, México, 19-02-2019)

Dejando al margen el sistema de elección, definitivamente no considero que la película PARÁSITOS sea la mejor propuesta extranjera de la actual producción cinematográfica internacional y menos frente a lo que representó en su momento: LA VIDA ES BELLA, EL TIGRE Y EL DRAGÓN y ROMA (que son películas que he disfrutado mucho). Aunque es una producción de bajo costo y es entretenida, eso no sustenta que PARÁSITOS sea muy buena y merezca la triple distinción otorgada por la siguiente razón: en un primer momento el filme inicia bien, funcionando como un drama de denuncia social que describe la adversidad que cotidianamente enfrenta una típica familia pobre de la “desarrollada” Corea del Sur, que es urbana y se aloja en el sótano del viejo edificio de un barrio marginado, que sobrevive con ingresos miserables, que trata de obtener comida de donde sea, pero que también procura participar de la modernidad cuidando celosamente sus teléfonos celulares y robándose la señal wifi para sus redes sociales; gradualmente el drama se convierte en una comedia negra. Este segundo momento incluye escenas de humor jocoso sucedidas cuando el hijo mayor toma el trabajo que le deja su amigo en la residencia de una familia surcoreana rica, entonces, aprovechándose de cosas y circunstancias coloca a la hermana y a los padres en plan de sirvientes “confiables” de esa casa de ensueño, quienes al sentirse cómodos y dominadores se comportan como un grupo de parásitos, de gente desvergonzada encubierta por mentiras. Lamentablemente al insertar la participación de un personaje “fantasma” la cinta agota el buen humor en un instante; el tercer momento de la película se sustenta en aspectos de suspenso y misterio, malogrados, porque en el reto de darle una posibilidad de existencia a cada personaje la cinta se vuelve violenta y sangrienta. La existencia del “fantasma” es el motivo que desata una guerra entre sirvientes culminando en una matanza de la familia rica, siendo una escena fuera de toda lógica y de una forzada justificación; el cierre del filme es un cuarto momento que proyecta aspectos jurídicos, morales y psicológicos que recargan alguna culpa sobre los personajes sobrevivientes pero que no contribuyen a un final creíble y menos sensato. Por eso considero que a lo largo de su trama PARÁSITOS pierde la coherencia, y me deja la impresión que el guionista o el director o quizás el productor, trataron de terminar la película a como diera lugar sin importar si los últimos momentos cayeran en el terreno de la ficción o de lo ridículo.


Independientemente de los merecidos premios Oscar a Brad Pitt y Joaquín Phoenix, quienes aprovecharon para hacer de sus respectivos discursos una critica al fracasado juicio del Presidente Donald Trump y la desidia por acciones a favor del medio ambiente… quiero y trato de pensar que los demás premios Oscar de 2020, la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas los entregó a quienes verdaderamente se lo merecían, que no tiró línea alguna para ser políticamente correctos por causa de las tensiones que desde el año pasado los norteamericanos han tenido en Asia y con este propósito hayan confundido a China y norcorea con Corea del Sur.

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