Covid-19: El Contagio, el Control y el Terror.
H.
G. Wells iniciaba su primer capítulo de “La Guerra de los Mundos” (AlianzaEditorial. 2005) describiendo el desparpajo en el que se desenvolvía la vida
cotidiana de las personas mientras sus asuntos “eran
observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas” cuyos
planes eran de exterminio. El autor decía: “Es muy posible que los infusorios (o
microorganismos) que se hallan bajo el microscopio hagan lo mismo (que los
humanos)”. Hoy en pleno siglo XXI, en la era de la ciencia y la tecnología, los
humanos observamos y analizamos esos microorganismos, ya sean bacterias, arqueas,
protozoos, hongos y virus, en aras del conocimiento; ya sabemos que no tienen inteligencia
ni mucho menos planes contra el ser humano, pero sencillamente se vuelven
patógenos porque se abren paso entre las posibilidades y obstáculos de la
propia vida humana gracias a esa “infinita complacencia” que caracteriza
nuestra actitud y comportamiento; parafraseando a Wells, nuestra raza humana sigue
metida en sus ocupaciones creyendo poseer una superioridad sobre todas las
cosas, por eso no es nada extraño que el ciudadano ordinario sea apático,
indiferente, ignore o subestime la gravedad de una crisis, ya sea
humanitaria, ambiental, económica o de salud, como la que entraña la pandemia
que azota al mundo actual.
En México la ciudadanía se enteró del brote de Coronavirus sucedido a
principios de año en China con más actitud de curiosidad o de morbo, que de
prevención. A medida que ese brote se transformó en una Epidemia y luego en una
Pandemia, el 27 de febrero de 2020 ya fue necesario que las autoridades
sanitarias mexicanas ejercieran un plan de acción sanitaria para el país y
declarar la existencia de la Fase 1 de “Importación viral”, previendo que en
esta situación: “solo haya casos importados que se cuenten por decenas. Para
él, se contempla: Ninguna restricción para el saludo entre personas. Que no sea
necesario el cierre de espacios públicos cerrados (teatros, estadios, cines,
etcétera). Que tampoco sea necesario el cierre de espacios públicos abiertos
(plazas, parques, playas, etcétera). Difusión de mensajes preventivos en
escuelas, preparatorias y universidades. Difusión de mensajes preventivos en
lugares de trabajo.” (Expansión. 19-03-2020) Posteriormente, el 16 de marzo ante
el inevitable avance mundial del contagio y la Declaración de Pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quizás más tarde que temprano, pero se declaró un
periodo de transición entre la fase 1 y la 2 implementando la denominada
Jornada Nacional de Sana Distancia, que consiste en un conjunto de medidas básicas
de higiene y prevención, la suspensión temporal de actividades no esenciales
para que una gran parte de la población se refugie durante 4 semanas en sus
casas y la reprogramación de eventos de concentración masiva, todo con el
propósito de minimizar la propagación del Coronavirus Covid-19 (SARS-CoV-2) al
nivel de dispersión comunitaria o de contagio entre la propia población local.
Lamentablemente, como lo corrobora la reciente encuesta digital sobre el Covid-19 de la Agencia De las Heras Demotecnia, este plan sanitario permea lentamente en la mente y en la actitud de los mexicanos, pues apenas está logrando crear algo de conciencia o un poco de convicción del autoaislamiento a pesar de la iniciativa #YoMeQuedoEnCasa, que es hasta el momento la mejor medida preventiva frente a las repercusiones, daños y secuelas por el contagio del Covid-19 a nivel comunitario; en la mentalidad de quién sabe cuántos mexicanos comunes, que cada día salen de casa a realizar su actividad cotidiana, la pandemia de Coronavirus es como algo ajeno o como una falsedad, siendo solo un tema de conversación que quizás todavía miles consideran que es una acción distractora de los medios comparándola con la farsa del chupacabras, que es una treta política o un experimento social. En pláticas con varias personas he sido testigo de la gran incredulidad ciudadana. Uno de mis conocidos cree que el contagio únicamente es de “gente rica”, que solo le pega “a esos que tienen el tiempo, el dinero y los pretextos para andar fuera del país”, porque “nosotros vivimos acostumbrados a las gripas y la porcina”, luego haciendo eco de un popular meme de las redes sociales, me dijo: “a los pobre ni rabia (infección) nos da”. Mientras hacía la reparación de mi auto el mecánico me comentó que “eso del Coronavirus es politiquería”, se dicen cosas que “encubren lo que hace la delincuencia desatada”. Un vecino me dijo haber leído que se sospecha del gobierno, que a causa de la austeridad y el nulo crecimiento ya no tiene para dar las pensiones prometidas: “el Coronavirus es como una enfermedad sembrada para deshacerse de los viejitos y ahorrar lana”. Una locataria de un mercado público oaxaqueño cree que todo lo que se dice del Coronavirus “es una manera de asustar a la gente, que ya no hagan ni digan nadita, que se comporten bien”. También escuche una opinión más sensata y de preocupación referida a que los jóvenes no comprenden el problema: “se toman las cosas a relajo y si a los viejos no pasa algo ¿Qué van hacer ellos si ni siquiera escuchan y tampoco saben obedecer?”. En la fila del supermercado, la del banco y hasta en las tortillas nadie obedece guardando la sana distancia de 1 metro o más.
En este panorama, llegó el 23 de marzo la fecha de inició del periodo de autoaislamiento voluntario establecido por las autoridades sanitarias en la Jornada Nacional de Sana Distancia, que durará hasta el 19 de abril para minimizar el impacto del contagio de Coronavirus en la población mexicana. La medida inicia exactamente 2 meses después de que en la Ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, China, la autoridad impuso un bloqueo obligatorio que los expertos calificaron como una medida tardía dado que la tasa de contagio en aquel 23 de enero ya representaba una verdadera explosión sanitaria que impactó a Wuhan, que desbordó a la propia autoridad china, que rebasó las fronteras de Hubeí saltando a todo el territorio chino y mundial, de tal forma que el 30 de enero la OMS se vio obligada a declarar una Alerta Mundial Sanitaria y el 11 de marzo, debido a los altos niveles de propagación y gravedad fuera de China finalmente se declaró la Pandemia de Coronavirus.
La investigación biomédica del periodo de infección en Wuhan ha demostrado que la falta de detección de todos los infectados por Covid-19 (los casos indocumentados) así como permitir que siguiera la vida cotidiana de su población deambulando libremente, que aun estando sana, que fuese portadora asintomática o solo tuviese síntomas leves de la infección, fueron cosas muy dañinas para la salud pública porque provocaron una sobreexposición al virus aumentando su potencial pandémico y de muerte entre la comunidad: “Estas infecciones indocumentadas a menudo experimentan síntomas leves, limitados o nulos y, por lo tanto, no se reconocen y, dependiendo de su contagio y número, pueden exponer a una porción mucho mayor de la población al virus de lo que ocurriría de otra manera.” (Science. 16-03-2020)
Aunque la implementación del bloqueo y demás medidas chinas fueron tipificadas de draconianas y extremas porque se enfocaron en controlar: restringiendo estrictamente los movimientos de la ciudadanía en Wuhan, prohibiendo todo tipo de viajes desde y hacia la ciudad, deteniendo la actividad económica incluyendo el cierre de fábricas y la reanudación gradual de sus actividades, usando la minería de datos para detectar patrones y focos de infección, aplicando masivamente las pruebas de laboratorio en la detección del Covid-19 y especializando hospitales para atender a todos los casos confirmados en situación crítica, ya demostraron ser un plan eficaz, porque: “la estimación de las características epidemiológicas del brote después del 23 de enero en China, indica que los esfuerzos de control del gobierno y la conciencia de la población han reducido la tasa de propagación del virus, aumentó la tasa de notificación, y disminuyó la carga sobre los sistemas de salud ya demasiado extendidos.” (Science. 16-03-2020)
En México la autoridad ya está haciendo su parte, pues a partir de este 24 de marzo de 2020 se declaró oficialmente la fase 2 de “Dispersión Comunitaria” que equivale a decir que las personas se contagian el Coronavirus unas a otras, por eso todavía falta que la población tome plena conciencia del riesgo de salud y deje de ser simplemente espectadora para convertirse en la protagonista de un combate frontal a la Pandemia, todavía falta que las actitudes y comportamientos ciudadanos ayuden a disminuir la tasa de propagación del Coronavirus y aplanar en un tiempo relativamente breve la curva del contagio. Por un sencillo pronóstico elaborado con una ecuación de suavización exponencial y una tasa de crecimiento compuesto es posible entender que desde el día 23 y hacía adelante, los mexicanos ya estamos ante la disyuntiva de los escenarios de dos posibles tendencias de contagio del Covid-19: la primera supone que no hay control alguno o que la población no tiene conciencia del riesgo o se niega a obedecer y por lo tanto la tasa de propagación dispararía la curva de contagio como se aprecia en la gráfica, siendo una situación que la autoridad estima afectaría la salud de hasta 1.2 millones de mexicanos. En tanto que, ya siendo imposible evitar la curva por el contagio a nivel comunitario, la segunda tendencia disminuiría sensiblemente al establecer algún tipo de control que la población entienda y que acate sin discusión ni cuestionamientos, porque esto disminuirá la tasa de propagación del virus y afectaría la salud de un máximo de 300 mil mexicanos. (El Universal. 24-03-2020)
Marzo
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Covid-19:
casos confirmados
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Pronósticos
(Máximo de casos estimados por día) |
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10
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7
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11
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11
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12
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15
|
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13
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26
|
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14
|
41
|
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15
|
53
|
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16
|
82
|
||
17
|
93
|
||
18
|
118
|
||
19
|
164
|
||
20
|
203
|
||
21
|
251
|
||
22
|
316
|
||
23
|
367
|
Tendencia de casos sin control
|
Tendencia de casos con control
|
24
|
468
|
473
|
|
25
|
772
|
609
|
|
26
|
1524
|
785
|
|
27
|
2205
|
1011
|
|
28
|
3569
|
1303
|
|
29
|
6329
|
1679
|
|
30
|
9994
|
2163
|
|
31
|
15764
|
2787
|
En las manos de cada ciudadano mexicano esta protegerse frente al Coronavirus: acatar las recomendaciones oficiales, mantener una gran higiene personal, evitar el contagio y no exponerse a llevar ese virus hasta los seres queridos. De no hacer algo y mantener la actitud de apatía, indiferencia, ignorancia o subestimación, los mexicanos esperaremos que en todo el país suceda un escenario casi de terror biológico, similar al que vemos en los videos circulando por las redes sociales originados en China, Italia y España, cuyas consecuencias son sufrimientos e incertidumbre, hasta el grado de necesitar que se impongan esas medidas más extremas que conducirían nuestras vidas a un mayor periodo de sufrimiento e incertidumbre. Al respecto, los investigadores del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG alertaron que desde el día 19 de marzo: “estamos en una fase exponencial en el caso de los contagios. Lo ideal es que sigamos las recomendaciones de cuidado, de lo contrario nos veríamos en el escenario crítico.” (UdeG Noticias. 20-03-2020)
M.M. Perseo Rosales Reyes
Estas en el Blog Académico del Yomicubo
Prof. Y que hay de la especulación de que supuestamente había concentrado soldados rumbo a Europa y qué EEUU empezará la tercera mundial. Bueno quizá solo es especulación y falsas notas. Que opina al respecto?
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