Los Gigantes de la INDUSTRIA: Temporada 1
La exitosa serie de History Channel
El desarrollo del sistema capitalista ocurre y seguirá ocurriendo en base a la acumulación de capital; Karl Marx explicaba en 1867, que entre expropiaciones, conquistas, arrebatos y hechos similares, el sistema económico requirió de una acumulación originaria de capital a sangre y fuego. Obviamente se afianzó este proceso por la separación del trabajador respecto al producto de su trabajo, dado que es una plusvalía que representa ganancia y por ello se la apropia el patrón-empresariado, sin más justificación que la de ser el inversionista y dueño de los medios de producción que el trabajador manipula, por lo tanto, ese patrón impone su iniciativa sobre los demás como sea; tal actitud no desaparece por mas riqueza que haya acumulado el empresario, por el contrario, se sostiene por una ambición desmedida y un egoísmo exacerbado, sin importarle la sobre-explotación y el maltrato a los trabajadores o sus ínfimas condiciones de vida, así como por la voracidad para ganar mercado, posición y vencer al competidor oponente a como de lugar, aunque ya no exista una rivalidad.
Estados Unidos es el mejor ejemplo histórico del desarrollo capitalista "a sangre y fuego". En la exitosa serie "Gigantes de la Industria" transmitida por History Channel, una y otra vez se evidencia la actitud egoísta y rapaz de esa clase social que desde finales del siglo antepasado empezó a rebasar sus fronteras geográficas, enquistándose en el mundo. Estos magnates no fundaron, ni descubrieron América, ni al mundo, solo se aprovecharon de las coyunturas económicas, de las debilidades sociales, de los sucesos políticos y así construyeron un sistema económico a su modo y conveniencia. Gente como Cornelius Vanderbilt y J.P. Morgan ilustran ese espíritu rapaz que impone una visión y una filosofía triunfalista; otros tantos como Thomas Alba Edison ejercieron un pragmatismo en donde no les importó arrebatar o destruir lo que no tenían a su alcance, aunque fuese un retroceso; gente de la estirpe de John D. Rockefeller adaptaron las leyes e impulsaron a sus lugartenientes en la esfera política para manipular situaciones y garantizar su supervivencia empresarial más allá de las leyes del mercado; tampoco faltaron empresarios como Henry Ford empeñado en imponer un status masivo, en exigir libertades o hacer cumplir la ley según hubiera emprendimientos que le sirvieran o le perjudicaran en sus negocios, y Andrew Carnegie, cuyo dilema moralista, luego de la tragedia de Johnstown, refleja el fundamento de la engañosa responsabilidad social contemporánea con que se escudan múltiples compañías.
M.M. Perseo Rosales Reyes
CAPITULO 1 UNA GUERRA NUEVA
CAPITULO 2 PETROLEO
CAPITULO 3 RIVALES
CAPITULO 4 MUERTE
CAPITULO 5 UN NUEVO CONTENDIENTE
CAPITULO 6 EL DUEÑO DE TODO
M.M. Perseo Rosales Reyes
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