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HUAJUAPAN, PLANEACIÓN DEL CENSO COMERCIAL: PRUEBA SUPERADA

Al parecer motivado por mi antepenúltimo comentario, hoy un buen amigo remitió a mi buzón la siguiente liga en la cual descubrí que se puede leer un resumen referente al trabajo que realizamos en el Primer Censo Comercial de Huajuapan, Oax., y el cual tuvimos la oportunidad de exponer y someter al comentario de diversos colegas durante el “Ciclo de Seminarios de Investigación de la UTM”, que en junio del presente año coordinaba la M.C. Maribel Tello.

Al leerlo inmediatamente recordé que la sesión académica me dio la oportunidad de responder –palabras más, palabras menos- ¿Por qué no empleamos equipos tales como los posicionadores GPS al proponer una cartografía del censo? Tuvimos que explicar que el INEGI es una institución especializada, con un presupuesto federal y recursos, tales que le permiten referenciar los datos obtenidos de sus censos determinando previamente las áreas geoestadísticas y obteniendo mapas de gran precisión -las llamadas AGEM y AGEB- con obvia ayuda de estos instrumentos y otro equipamiento sofisticado; pero en nuestro caso aceptamos el reto de colaborar proponiendo el diseño conceptual del censo con recursos poco menos que limitados, para el cual era indispensable una planeación cartográfica. 
Si hubiésemos gestionado algún apoyo y disponer de un equipamiento similar -como se sugirió en dicho seminario-, el cual nos hubiera facilitado la elaboración de la cartografía sobre el área geoestadística de interés, aún tendríamos el problema de encontrar y convencer a expertos voluntarios de ayudarnos con el  manejo del equipamiento o en su caso, capacitar a otros voluntarios para manejar los equipos, porque desde un primer momento supimos que en el personal involucrado en el censo no había expertos y los voluntarios solo tenían las ganas de realizar un trabajo de campo, y ni pizca de los conocimientos y la técnica para operar estos equipos. A pesar de ello, los integrantes del staff enfocamos nuestro esfuerzo con la convicción que teníamos de frente una prueba incomparable y lograríamos el objetivo del proyecto por una analogía: si no disponíamos de “una calculadora” entonces tendríamos que usar “un ábaco o los dedos”, si esto fuera insuficiente teníamos nuestra capacidad creativa para suplir las carencias. Y con todo y la premura de tiempo, logramos que el diseño conceptual del censo tuviera como insumo una planeación cartográfica, la cual incorporaron con enorme profesionalismo tanto en el cuestionario como en el catalogo de actividades económicas, mis compañeras  del staff: Ma. del Rosario Barradas Martínez y Adriana Sánchez Meza. Eso me convenció que si nuestro trabajo hubiera participado de un reality show, el dictamen diría: ¡La prueba ha sido superada!
Por eso, a titulo personal puedo afirmar que al margen de los errores de estimación o de levantamiento que existan, la base de datos de este Primer Censo Comercial es valiosa porque pueden tomarse decisiones, conociendo con una confianza significativa la densidad o concentración de diversas actividades económicas, por áreas geográficas, en una ciudad que transita de pequeña a intermedia como Huajuapan de León y, hasta donde tengo conocimiento, no puedo decir que el ejercicio es inédito, pero, ¿Quién me demuestra y somete al dominio publico las pruebas que en otros municipios del estado de Oaxaca se levantan censos con gran profesionalismo, mediante proyectos académicos?
Hoy lo único que nos falta para culminar el trabajo realizado es demostrar y justificar lo que implicó dicha planeación cartográfica y, si no surgen sucesos imprevistos, pretendemos que a finales de año, un ensayo sea nuestro portavoz y el medio de disertación de lo que deba y haga falta hacer con la finalidad de perfeccionar proyectos similares.
M.M. Perseo Rosales Reyes

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