NARCO-INFILTRACIÓN EN EL FÚTBOL MEXICANO
UN FANTASMA DIVULGA LA NARCO-INFILTRACIÓN FUTBOLERA
Por Perseo Rosales Reyes (24-08-2017)
Por la problemática situación que enfrenta el popular capitán de la selección mexicana de fútbol Rafa Márquez, señalado de participar en la red de lavado de dinero del narco Raúl Flores Hernández alias “El Tío”, en sus columnas publicadas por Record el 16 y el 23 de agosto de este año [http://www.record.com.mx/columnistas-ignacio-suarez/futbol-mexicano-en-tiempos-del-narco] el reconocido columnista deportivo Ignacio Suarez alias “El Fantasma”, acostumbrado a realizar periodismo de fondo, describe con detalle –según sus fuentes fidedignas- las formas en que los narcos milenial se han infiltrado en la estructura empresarial, financiera y deportiva del futbol mexicano.
Dice el Fantasma que “El Tío” mutó hacia esta generación de narco milenial, que se caracterizan por vivir con un estilo “nice”, ya alejados del cliché de narco ostentoso, y por eso pueden camuflarse fácilmente. Pero el punto relevante no tiene que ver con este narco sino, valga la redundancia, con otro “Tio” de nombre Tirso Martínez Sánchez que además de "Tío" también se hacía llamar “El Futbolista”, quizás usaba este apodo alusivo a su evidente pasión pambolera de principios de los 90s en que el equipo Tecos de la UAG fue campeón y luego por su necesidad de convivir con verdaderos futbolistas, a los cuales llevaba a su finca a cascarear o celebrar con ellos, con todos los placeres.
Según la investigación del columnista, este Tío es un narco que hizo lavado de dinero infiltrándose en el futbol mexicano desde la rama de ascenso. Los hechos destacados fueron los siguientes:
Aparentando ser un empresario tapatío, en 1999 adquirió al equipo de Venados de Yucatán. Lo destacable es que los jugadores se sorprendieron por el jugoso aumento de sueldo, recibieron de regalo un automóvil y además cobraron en dólares constantes y sonantes.
En 2002 con la compra del equipo de Reboceros de La Piedad que el tal Tío convirtió en los Gallos del Querétaro de la primera división, obviamente llegó un cambio de vida para esos jugadores que también cobraron puntualito, en efectivo y en dólares, pero siempre en lo oscurito.
Al desaparecer La Piedad en ese año 2002, el Querétaro de la división de ascenso fue convertido en el Club Irapuato bajo control del Tío dándole el mismo trato que a sus otros equipos. La narco-inversión redituó mucho en 2003 cuando se logró el ascenso a primera división, en una final extrañamente marcada por el incidente de un comando armado tomando el estadio del Irapuato, unas horas antes del juego de vuelta frente al León.
Para el 2004 nadie en la FMF se atrevía a decir o denunciar esa presencia del narco, sin embargo, una solución salomónica se gestó con un proyecto de reducción de equipos de la primera división. Aparentemente los jerarcas de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) Alberto de la Torre, Justino Compean y Decio De María nunca propusieron a la junta de presidentes la idea comprar dos franquicias para desaparecerlas, fue probablemente -según una fuente anónima- el gobierno de Vicente Fox quien negoció la compraventa de los clubes Querétaro e Irapuato y luego avisó a los jerarcas de la FMF la cantidad que debía pagarle a los pseudodueños o prestanombres del Tío. Esa operación no significó erradicar al narco del negocio futbolero, por el contrario, esto legalizó la propiedad y quizás permitió finiquitar adecuadamente el proceso de lavado convirtiendo el dinero malo en bueno.
Dice el columnista que después de la compraventa el Tío “siguió operando, sin problemas en la división de ascenso, en ese entonces llamada Primera 'A'” tomando el control de los Toros de Celaya, los Guerreros de Tlaxcala y los Huracanes de Colima. Este último fue un equipo que desapareció allá por el 2005 gracias a la violencia que un pistolero del Tío desato contra Luis Héctor Jiménez Silvera jugador del equipo San Luis, así como el reportero de Televisa Deportes Mauricio Ymay, suceso que incluso comprometió en cadena nacional al entonces gobernador electo de Colima, Silverio Cavazos.
Finalmente, en el 2014 Tirso Martínez Sánchez “el Tío” fue capturado por las autoridades federales y a fines de 2015 fue extraditado a EE.UU. para enfrentar cargos por el transporte y distribución de toneladas de cocaína. Con este hecho aparentemente el narco quedó erradicado del futbol mexicano; y aunque el columnista publicará una tercera entrega sobre este tema, cabe decir que no será nada raro saber que, involuntaria o conscientemente, el ídolo Rafa Márquez, el exfutbolista Miguel Zepeda y su inversión en el club deportivo y promotora Morumbi de Zapopan, Jalisco, se convirtieron en un traspatio futbolero del avasallador poder narco milenial.
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