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Es hora de darle vuelta a la hoja

¡Hasta luego querido Papá!

Sin duda que el 2020 fue un año difícil para toda la gente; pero a muchos de nosotros nos ha parecido un año particularmente muy duro, muy doloroso o muy desafortunado, porque la maldita pandemia, esa que los chinos quizás gestaron y ocultaron, que luego minimizaron por meses y que finalmente explotó invadiendo por todas partes, obligándonos al confinamiento doméstico, limitando nuestro quehacer cotidiano y el trabajo, hasta dejar sin empleo ni oportunidades a millones de personas, y en el peor caso, esta pandemia que con, o sin la complacencia de Dios, nos arrebató a los seres queridos a pesar de asumir íntegramente las recomendaciones de salud, aún nos sigue imponiendo un panorama de incertidumbre.


Durante ese 2020 experimente el primer claroscuro que ya ha quedado plasmado en el lienzo de mi vida. Quizás al leer lo siguiente muchos opinen que mi relato es una insignificancia, ya que hay quienes han vivido sucesos realmente desdichados y a otros verdaderamente les vale madres su vida y la de los demás; sin embargo, este contraste es mi mayor drama individual dentro del cual la vida sigue adelante y la misión, el deber y el compromiso profesionales, también deben continuar avanzando como me lo enseñó mi Papá: Arturo Rosales Toledo. Siendo yo un niño descubrí que mi Papá era un profesor de primaria, ya de joven supe que su vocación lo llevó a andar durante casi una década por los caminos rurales de varios pueblos y rancherías de la mixteca oaxaqueña, con su libro de matemáticas, de español o de historia bajo el brazo, llegando hasta donde no había escuela, para fundar una como sucedió en Santa Cruz Numá, o llegar a enseñar adonde no había profesor como en Yucuñuti de Juárez o ir hasta Santo Domingo Tonalá donde además se necesitaba su labor para financiar y organizar la escuela, impartir la enseñanza y educar; él iba sin quejas, sin peros, sin ningún pretexto, así estuvo cumpliendo por varios años hasta que su espíritu de superación, su anhelo de encontrar mejores oportunidades y cimentar el futuro de la familia que empezaba a formar lo motivaron a un súbito cambio de aires e irse hasta la gran capital. Ahí llegó a malvivir sin una sola moneda en la bolsa, confiando plenamente en el apoyo de sus entrañables hermanos, en su fe, en su capacidad de trabajo y en su vocación, que alimentaron su expectativa esperanzadora cuando al fin logró un chance de reanudar su labor académica en un prestigioso colegio de la Roma, esa colonia a la que se refiere Alfonso Cuarón en su afamada película. Los siguientes años fueron de arduo trabajo en escuales de Naucalpan y de Cd Nezahualcoyotl para tratar de formar un patrimonio y con ayuda de mi Mamá, conseguir la estabilidad para que todos sus hijos solamente nos dedicaramos al estudio y a conseguir una profesión.

En los años 90s mi Papá vio con complacencia que mi profesión me redituaba escalando hacía los altos niveles ejecutivos, cuyas puertas me abrieron Nissan Zaragoza, Elektra Mexicana y Muebles Mónaco, pero esta aspiración me absorbió de lleno separandome cada vez más del hogar y de la familia, por eso renuncie a ese mundo ejecutivo y mis papas se alegraron mucho de tal decisión, demostrandome su apoyo en lo económico, en lo moral, y se alegró más cuando un tiempo despues inicié mi labor docente al frente de grupos de alumnos de la Escuela Normal de Chalco, de la Preparatoria oficial anexa a la Normal, y de alumnos de contabilidad y administración del CUVC de la UAEM, sin embargo, cuando le avise que me iría a dar clases en la Universidad Tecnológica de la Mixteca, con cierta sorpresa me comentó que el regresar a nuestra tierra era un cambio inesperado, que probablemente haría que mi labor dejara de ser solo un trabajo.
 
Al paso de las décadas entendí sus palabras: uno desempeña la labor académica, docente, de enseñanza, en cualquier nivel desde el preescolar hasta el posgrado, haciendo un trabajo, pero a veces surge algo que es como un apostolado, pues mientras muchos se preocupan y se desviven solo por la eficiencia de su trabajo, unos cuantos también procuran la eficacia de su trabajo, comprometiéndose consigo mismos a lograr un efecto que influya en la visión y habilidades de las generaciones venideras, detonar su desarrollo intelectual, individual y productivo, sin importar si son alumnos que habitan en la provincia o en la urbe. A fin de cuentas -decía- "de alguna manera todos tienen que aprender a leer, a escribir, a contar y eso puede ser su unica oportunidad de salir adelante."


En el mes de marzo del 2020, al empezar a cumplir el confinamiento sin descuidar mi labor de enseñanza a nivel universitario, a la par de la consternación que la pandemia me causo, también trate de alimentar mi optimismo centrándome en mi labor, entonces tuve que ajustar mi metodología, mis procedimientos, mis materiales y empezar a explorar detalles de los distintos recursos informáticos, de telecomunicaciones, a mi alcance, siendo mi principal apoyo un blog académico para permitirme concluir de forma virtual y quizás satisfactoria los cursos de Marketing y de Estrategia Publicitaria, que inicie de forma presencial, al frente de mis grupos de alumnos de licenciatura, durante 2 semanas en un salón de clases, ya que el día 17 cumpliendo las instrucciones oficiales tuve que explicar a los alumnos la razón de suspender las actividades presenciales, y establecer las actividades online de esos cursos con la idea de que sería algo temporal, pues creíamos en un regreso a las aulas antes de finalizar el semestre. Ya sabemos que se fue el 2020 y esto nunca sucedió.

Ya en los meses de verano, reflexionando en la veracidad de las noticias, de los distintos comentarios de mis allegados y del panorama social, disminuyó mi optimismo de volver a la normalidad, entonces mi Papá me platicó que estas enfermedades virulentas nunca se van, son traicioneras, fulminantes y desoladoras, por eso el no conoció a sus abuelos paternos, pues la gripe de 1918 volvió con fuerza dejando huérfanos a su papá con sus hermanos, que todavía eran unos niños. Años después, al debutar de profesor rural en la década de los 60s, le tocó ser testigo del drama de muchas personas y familias que todavía sufrieron los estragos de la viruela, eso lo animó de aprender primeros auxilios y a vacunar, para hacer la labor sanitaria en su escuela e inmunizar a niños, a padres y población en general, poniendo directamente su granito de arena en la erradicación de la viruela. Al sopesar todo esto, deje de creer en una pandemia temporal y en el discurso cientificista del inflado Dr Gatell.

Con la asignación de un grupo propedéutico de la División de Estudios de Posgrado y revisando mi experiencia previa de enseñanza y de evaluación, decidí planear los detalles para ejecutar online una metodología del tipo seminario, con el cual pretendí aprovechar cada clase virtual, mantener activa la interacción individual y poder abordar en grupo los detalles de los distintos temas de la materia de Fundamentos de Mercadotecnia. A mis alumnos les solicite su colaboración comentando que, si cotidianamente tenían tiempo de enviar y recibir “wasaps”, también podrían usar ese hábito y sus recursos en esta forma de enseñanza cooperativa. Gracias a este proceso aprendí la importancia de tipificar los contenidos teóricos, precalificándolos para distribuirlos en distintos materiales complementarios.

A principios de octubre de 2020, ante la evidencia de una segunda oleada de la pandemia de Covid-19, con temor y más incertidumbre por la situación social, pero sintiendo mucha indignación por la gran irresponsabilidad de numerosos mexicanos que creen que la pandemia es un invento y no respetan las medidas sanitarias, demostrando su imbecilidad o su ignorancia, pero mas su carencia de un sentimiento de solidaridad hacía el prójimo, mejor preferí concentrarme con más empeño en mi labor; me prepare para iniciar desde mi hogar la planeación e impartición de la materia de Mercadotecnia Estratégica en la División de Estudios de Posgrado y de Administración de Mercados 1 hacía mis alumnos del séptimo semestre de la Lic. en Ciencias Empresariales. El 12 de octubre comencé con estos cursos asumiendo una actitud proactiva, predispuesto a continuar a pesar de cualquier adversidad, pero con una gran dosis de responsabilidad, de voluntad, de mucho esfuerzo y mayor dedicación, por eso a lo largo de 15 semanas efectivas que culminaron el 5 de febrero de 2021, me dediqué a explicar y ejemplificar similar cantidad de temas académicos. En este nuevo proceso fueron bien valiosas mis 2 experiencias previas, porque me ayudaron a realizar la enseñanza mediante la disertación de cada tema, para ello debí revisar, crear, preparar y compartir periódicamente diversos materiales de apoyo, principalmente de mi autoría, tales como: presentaciones, podcast, notas teóricas, test de elección, etc.; todo ello con un contenido formalmente sustentado en la bibliografía de los autores más reconocidos del marketing, de la historia y sociología del marketing, de la publicidad y de las ventas.

Al mirar en retrospectiva todo lo impartido en el curso de posgrado, donde tuve el chance de enseñar cada tema como una asesoría y fortalecer mi disertación gracias a una mayor interacción profesor-alumno, y luego en el curso de Administración de Mercados 1, donde pude disertar sobre el origen hasta la evolución del marketing, de la simple definición y el concepto hasta el enfoque del marketing holístico, destacando el paradigma del valor, la segmentación y la planeación, la estrategia y la táctica del marketing, así como fundamentar las decisiones del marketing integrado según las variables de la mezcla de marketing y de la mezcla de comunicaciones, ya me es posible decir que logré enseñar de manera virtual y puntual, con una posición ecléctica, enfatizando en la amalgama de teoría, práctica y ejercicio profesional de la mercadotecnia.

En ambas materias, mi planeación seguramente implicó para mis alumnos muchos retos de aprendizaje, de dinámica de estudios, de inversión de un mayor tiempo y quizás muchos disgustos por las dificultades que hubo al conectarse en cada ocasión a las sesiones de video o consultar los materiales, disponiendo de una señal de Internet chafa, de muy mala calidad sin importar que el proveedor presuma ser Telmex, Cablevisión o Totalplay telecomunicaciones; en lo personal, la planeación me implicó invertir tiempo extra y recurrir al equipo creativo de Frecuencia MP3 y del Grupo Imagen Digital Siglo XXI, cuyos recursos fueron vitales en la producción y difusión de varios materiales, principalmente los podcast y las PPT; así también me representó un reto de didáctica y empatía evitando caer en las actitudes insensatas, prepotentes, que mostraron muchos profesores universitarios denunciados en las redes sociales, pero quizás mi mayor desafió fue tratar de aprender y aprovechar los recursos tecnológicos a mi alcance, diversificar mis contenidos evitando la conformidad de dar únicamente a mis alumnos una ordinaria clase en video, repitiendo el contenido de algún libro.

Ya hacia el final del curso, los imprevistos que se atraviesan en la vida humana, que son cosas del shock del futuro y tienen alguna probabilidad de ocurrir, para lo cual no siempre esta uno preparado, pues me alcanzaron, me afectaron fuertemente influyendo en mi ritmo de enseñanza, el cual logró continuar gracias al esmero que puse en mi planeación de octubre... Esta etapa ha sido un golpe duro en mi vida... un impacto directo a mi estabilidad, hacía mi ánimo y mi debilitado optimismo... que sucedió desde principios de diciembre por el fallecimiento de mi entrañable Tío Materno Manuel Rodriguez, luego mi otro entrañable Tío Paterno Valdemar Rosales cayó gravemente enfermo empezando una interminable lucha por su vida, que aún continua, con las presiones para ayudarlo en el animo, la salud y la economía.

Al poco tiempo sucedió el quebranto de mi Papá, fue algo inesperado... increible... y desconcertante, con el inesperado dilema de resguardarlo en casa o llevarlo a hospitalización… particulamente pensé que ante el aumento de la emergencia médica, con ambulancia ululando dia y noche, gente buscando deseperadamente un tanque de oxigeno y enfermos muriendo inesperadamente, quizas mi Papa tendría una mayor posibilidad de recuperarse mientras todavía hubiera una cama y un médicos para atenderlo… Ya en silencio, cabizbajo lo acompañe hasta su destino mirando en silencio como bajaba del auto y se lo llevaban por el pasillo de admisión… me quede pasmado sin poder reaccionar, ya no le pude hablar, ni lo vi… nunca más. En la previa de la nochebuena llegó el aviso de su muerte, cayó en paro, su corazoncito dejo de latir... mi Mamá, mis hermanas, mi esposa y mis hijas estallamos de sentimiento y dolor, aunque yo me sumí en la embriaguez.

La noche de navidad, cuando la gran mayoría estaba de fiesta poniendo estruendosa música, sin ningún respeto para los demás, yo trataba de encontrar la resignación, de sobreponerme al luto y ayudar a mi familia a convertir el dolor del alma en una conmemoración de mi querido Papá, sin embargo, silenciosamente la Covid-19 ya estaba invadiendo mi cuerpo e iba a pasarme la factura.

El día de los santos inocentes fui confirmado como caso positivo de Covid-19. En los días previos que me quede sin olfato, manifesté los primeros síntomas y luego evolucionaron, haciendome pasar de la incredulidad a la desesperanza; mi entrañable Prima Marbel, así como mi amada hija Eka, ambas admirables medicos, estuvieron de acuerdo que no habia de otra y había que iniciar una lucha contra el Covid-19, por eso me predispuse a obedecer todas las instrucciones medicas empezando por ir al triage respiratorio y realizar un confinamiento total en casa, un reposo absoluto, medir continuamente mi saturación de oxígeno y tomar un coctel de medicamentos, que según mis recetas médicas contenía azitromicina, ivermectina, ibuprofeno, paracetamol, bromexina, ácido acetilsalicílico, ambroxol y vitamina C, lo que sería mi tratamiento por 21 días.

Inicié mi confinamiento sumido en un océano de ideas deprimentes y sentimientos contradictorios, provocándome un llanto silencioso quizás por mi salud o muy posiblemente por mi luto, aunque trataba de aparentar una aceptable salud para no causarle más preocupaciones y dolor a mis seres queridos. En una de las noches crueles, el síntoma que los médicos llaman febrícula quizás se convirtió en una fiebre que me hizo delirar, pues en la penumbra creí percibir la presencia de mi querido Papá, que llegó hasta mi cama, me acarició el pelo y me dijo con su voz apacible: "Perseo no te asustes, no tengas miedo... todo va a salir bien, pero tambien cuida a tu hija"; al día siguiente mi oxigenación bajó hasta el 90%, e iba cayendo al 88%, al 84%, y seguía a la baja; debido al caos social existente por la demanda de atención médica quizás ya no había tiempo de buscar una cama en un hospital, mi prima y mi hija creyeron conveniente tomar un tratamiento más drastico, entonces a mi coctel se agregaron inmediatamente las dosis de esteroides y empezar a ventilar conectado a un tanque de oxígeno, abierto de 1 a 2 litros por minuto, especialmente para no ahogarme en las siguientes cuatro noches.

Recibí el primer fin de semana de 2021 en esa etapa que los médicos del triage respiratorio le llaman días críticos de la Covid-19, donde mi saturación de oxígeno oscilaba entre 82 y 90%, sin embargo, en mi mente se aferraba el mensaje de mi Papá: “No tengas miedo... todo va a salir bien” y esto me hizo volver a pensar en lo que vendría aún con mi enfermedad, destacando mi labor de enseñanza. Todavía muy obnubilado me concentre en programar la publicación de los materiales para reanudar mis cursos y en escribir e informarle acerca de mi situación a la Jefa de Carrera, quien amablemente me respondió dándome su apoyo. Asimismo, mis alumnos me concedieron su apoyo y comprensión, ayudándome a reajustar mi dinámica de enseñanza hasta el penúltimo tema de estudio, en que ya pude impartirles una clase completa tomando algunos descansos para respirar. Por eso no tengo las palabras suficientes para expresarles a todos el agradecimiento que siento por facilitarme seguir adelante con mi misión y mi labor.

En los días posteriores empecé lentamente a recuperarme, invirtiendo el mínimo esfuerzo físico y no sufrir agotamiento o insuficiencia respiratoria. Paradojicamente mi admirable esposa e hijas ahora sufrian fuertemente los estragos del Covid-19 y necesitaban cuidados como me lo anticipó mi querido Papá.

Un par de semanas despues, en la valoración médica del triage respiratorio me dieron de alta, realizar cuidados personales y la recomendación de realizar terapia de rehabilitación pulmonar debido a la Covid-19 y a mi antecedente de fumador activo de tres decadas. La experiencia fue muy traumatica, sobretodo porque me impidio aliviar el duelo por la perdida de mi Papá. Pero tal experiencia tambien endurfeció mi opinión y critica contra aquellos valesmadristas y los que sufrieron la Covid-19 de forma asintomática o como una simple gripa, porque no tienen la minima sensibilidads de esta terrible situación y ni una pizca de respeto por la salud de los demas. He visto que muchos de ellos siguen su vida cotidiana siendo inconscientes, descuidados con su salud, o sea andan "con el hocico descubierto", "sin respetar distancia social" y ningun cuidado con el aseo de manos, eso los convierte en un factor de contagio y de reinfección, que nos pone vulnerables a quienes padecimos la Covid-19 y nos ha dejado las secuelas respiratorias, cardiológicas, musculares e incluso mentales, que en el mejor de los casos irán desapareciendo, aunque en los más desafortunados serán daños irreversibles que deban sufrir toda la vida.

Por esta vez me libre de la enfermedad con un daño controlable, reparable, pudiendo continuar mi labor de enseñanza quizás al frente de un grupo de alumnos, en un aula, o quizás en torno a un grupo detrás de una pantalla de computadora. Con el paso de los días aún medito con dolor, con tristeza, en todos estos eventos… pero me considero una persona con una suerte que se antepone al luto y el dolor, con un protector divino al cual quisiera decirle: ¡Gracias Papá por darme tu ejemplo de vida! Ya te veré en la eternidad, pero mientras llega el momento querido Papá, es hora de darle vuelta a esta hoja de la vida y empezar la página de una nueva historia.
Atentamente
M.M. Perseo Rosales Reyes
Febrero de 2021

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